lunes, 10 de diciembre de 2012

Santa Lucía del Trampal

               
                 
La ermita de Santa Lucía del Trampal en Alcuéscar (Cáceres) es una de las construcciones más sorprendentes de la arquitectura altomedieval conservadas en España.
Hasta los años 80 del siglo XX esta iglesia, semiarruinada, había pasado casi completamente desapercibida, hasta que fue descubierta, divulgada y recientemente restaurada por Juan Rosco Madruga y su esposa. Hasta ese momento el único uso que se le daba a este edificio era el de establo y choza para refugio de campesinos.

Basílica de Santa Lucía del Trampal

La iglesia de Santa Lucía del Trampal de Alcuéscar muestra dos partes claramente diferenciadas: el sector que engloba la cabecera triabsidal y el crucero, que es lo más valioso, pertenece al edificio hispanovisigodo.
Se puede decir que  es un edificio único por sus peculiares rasgos arquitectónicos y por ser uno de los pocos edificios de la España visigoda que se conservan en la mitad sur de la Península.  En su construcción se emplearon materiales procedentes de edificios de época romana y prerromana, por lo que el edificio y su entorno constituyen un verdadero tesoro histórico en Extremadura.

En el acceso al crucero y a los ábsides existen unas hendiduras verticales donde se colocarían canceles para estructurar el espacio del templo según el modo de liturgia hispánica.
El cuerpo de la iglesia que entronca con la parte citada ya es bajomedieval, de los siglos XIV o XV
El escaso conocimiento que tenemos de la arquitectura visigoda supone un problema para acabar de interpretar históricamente la iglesia de Santa Lucía, siendo además muy pocos y muy alterados los edificios de la época que se han conservado. y los que así lo han hecho, como en este caso, se han salvado por encontrarse en entornos rurales.

El cuerpo de la nave es posterior, de estilo gótico. Tiene esta parte, una sola y corta nave unida a un crucero y cabecera triabsidal. Todo el abovedamiento es de cañón con perfil de herradura, salvo los tres tramos que preceden a los ábsides, que son más elevados y estarían en su origen cubierto con bóveda de aristas construidas con ladrillo. La bóveda del crucero descansa sobre doce columnas monolíticas con seis arcos transversales de herradura.




Interior de Santa Lucía del Trampal








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